Corroborar las fechas de vencimiento, mantener la cadena de frío y lavar las frutas y verduras son algunos de los consejos del Instituto de Control de Alimentación y Bromatología para manipular los alimentos de forma segura.
El Instituto de Control de Alimentación y Bromatología (ICAB), que depende de la Secretaría de Producción, brindó las recomendaciones básicas para la producción, distribución y consumo de los alimentos. Se deben respetar las cuatro pautas bromatológicas básicas, las cuales son: cadena de frío, contaminación cruzada, cocción correcta e higiene.

En esta línea el director del ICAB, Pablo Basso, manifestó: “El control de alimentos es una cadena larga partiendo de la materia prima, pasando por la elaboración, conservación, transporte y finalmente el comercio. Sin embargo, el comprador también tiene que tener ciertos cuidados”.

En este sentido, el funcionario declaró: “El consumidor debe prestarle atención al rótulo que es número de registro de cada producto que le damos nosotros. Esto es muy importante porque con eso sabemos que son alimentos inocuos y muy bien fabricados”. Además, aseguró que es necesario fijarse la fecha de vencimiento y respetar la cadena de frío. Respecto a esto, el director del ICAB señaló: “El frío lo que hace es evitar que los microorganismos potencialmente patógenos para el ser humano crezcan así es más fácil de eliminarlos con la cocción”.

En tanto, se recomienda limpiar las latas y saber seleccionarlas. Basso indicó: “Lo que se aconseja es al momento de la compra, no elegir una que esté abollada. Y comprar lo que requiera frío a último momento. También, evitar lo que tenga mal aspecto o color”. Desde el Instituto recomiendan lavar las verduras bien y a conciencia con agua potable.

Por otro lado, hay ciertos cuidados que se deben tener en el hogar como el lavado de manos y de los elementos que vayamos a utilizar para cocinar. El funcionario expresó: “La contaminación cruzada es cuando utilizas instrumentos para cocinar un alimento crudo y después uno cocido. Si cortás una carne y después el tomate lo que haces es pasarle las bacterias de la carne al tomate”.

Cuidados en la producción

En lo que respecta a este tema, Bassó aseguró: “Durante todo el proceso hay cuestiones que son auditables y nosotros como organismo nos encargamos de eso”. Para empezar se controla como llega la materia prima, si cuenta con una certificación o no, ya que esto demuestra que viene de buena fuente. También revisan la temperatura en el caso que requiera de cadena de frío o incluso el transporte en donde va a viajar el producto terminado.

En lo que respecta a los locales gastronómicos, éstos deben contar con habilitaciones. Además el Instituto trabaja junto con otros organismos, como el Registro Nacional de Establecimiento (RNE) o el Registro Nacional de Productos Alimenticios (RNPA) y también con disposiciones municipales.

Finalmente, un ejemplo concreto que se puede dar es el de los chacinados. En este sentido, el funcionario destacó: “El salame es el más popular. Quien compra elige el que no tenga el rótulo porque lo cree más natural y casero pero en realidad eso está mal porque esta etiqueta es lo que marca que fue controlado”.

Según comentó el director del ICAB, la producción de este tipo de productos también tiene una serie de controles. Para empezar la materia prima tiene que estar autorizada por el organismo que la controla, por ejemplo, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). En la carnicería o la sala de elaboración de chacinados donde llega y se procesa hay una serie de reglas en lo que respecta al control de proporciones, higiene y seguridad. También el envasado y el secado tienen que estar determinados, establecidos y respetar ciertas condiciones.