Gurisas y gurises de los barrios Belgrano, Mitre, Cuarteles, Pirola, La Floresta, Anacleto Medina, Gaucho Rivero, del centro y hasta algunos de Bajada Grande, fueron divididos en cuatros turnos, y tuvieron una hora de pileta, una merienda saludable y en el mes de febrero se incorporaron talleres culturales de cerámica, dibujo y pintura, expresión y teatro.

El lugar cuenta con dos piletas semiolímpicas y trabajaron cuatro profesores en el agua, dos guardavidas, tres talleristas culturales, dos asistentes y una coordinadora, además del equipo del Centro Comunitario, y de las mujeres del barrio que pertenecen a Cuidadores de la casa común, que colaboraron con las meriendas.

Estas actividades que desarrolló el Complejo Comunitario, enmarcadas en las acciones de verano del gobierno de la provincia, contó con financiamiento del Consejo General de Educación (CGE), del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), y con aportes propios.

El presidente del Copnaf, Gabriel Leconte, destacó la importancia del “trabajo articulado entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil, descentralizando recursos para que las políticas públicas que ejecutamos impacten directamente en el territorio, para que niñas, niños y adolescentes puedan acceder al derecho a la recreación y a disfrutar en un lugar donde son cuidados adecuadamente”.

Por su parte, la presidenta del Complejo Comunitario, Sandra Guevara, resaltó la necesidad de “seguir sosteniendo estos espacios, que son vitales para la comunidad”. Además, analizó que producto de los cambios que ha experimentado la sociedad en estos últimos diez años, fundamentalmente producto de la pandemia, “resulta necesario revisar nuestras intervenciones, ver cuáles son las demandas del territorio, los cambios culturales que se han producido, ya que vemos poca participación de la comunidad y falta de compromiso. La pandemia cortó todas las redes, exacerbó el individualismo, la falta de empatía entre las personas de una comunidad. Y eso hace aún más necesarios estos espacios”.

Trabajo articulado
El Complejo Comunitario trabaja con distintos programas del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, en torno a la Economía Social, el programa Mejor es Hacer y Poder Popular.

Con el Copnaf articulan a través del programa Jóvenes Protagonistas y el programa Formar para Emprender, atendiendo a jóvenes que se encuentran próximos a egresar de Residencias Socioeducativas del Copnaf, en el marco del Programa de Acompañamiento para el Egreso (PAE), con talleres textiles, panadería y gastronomía. El Copnaf además realiza aportes en consonancia con otros Centros de Día.

Durante el año realizan talleres de teatro, dibujo y pintura, administración, cerámica, telas acrobáticas, canto, música y apoyo escolar se completan con talleres para la tercera edad que brinda también contención a los adultos mayores. Además cuentan con talleres deportivos de basquet y voley, ya que cuentan con playones deportivos aptos para la práctica de estos deportes. Todos estos talleres son financiados por el CGE, el Copnaf, y otros proyectos en los que se presentan.

El Ministerio de Desarrollo Social también ayuda a sostener la copa de leche donde diariamente asisten a más de 200 niñas, niños y adolescentes que toman la merienda después de realizar alguna actividad deportiva, cultural o de apoyo escolar, o simplemente se acercan a tomar la leche.

Además poseen convenios con la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y con Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader),

Romulo Vidal, referente del Centro Comunitario expresó que “no solamente es brindar la posibilidad del acceso libre y gratuito a los niños, niñas y adolescentes, de poder ejercer sus derechos, de poder hacer uso de la pileta, de un taller cultural, del derecho a la recreación, sino también de la necesidad de formar comunidad, de sentirse parte de una historia, un proyecto”.

“Continuamente estamos trabajando para mejorar la infraestructura, para dar mayor fortaleza a las actividades. Queremos mejorar los vestuarios, terminar las aulas taller, para contar con espacios más apartados e independientes. Pero también pretendemos darle mayor contenido educativo a los talleres, que no sean solamente espacios de contención o recreación, sino que los chicos se vayan del complejo queridos, respetados y con saberes y aprendizajes que los enriquezcan”, acotó Vidal.

“El complejo es una pata dentro de lo que es la construcción social, la pata comunitaria, que consideramos que es fundamental, y es importante que la otra pata que es el Estado siga apoyando, sosteniendo estos espacios. Seguimos con grandes niveles de desigualdad, con muchas injusticias sociales que hacen que estos espacios sigan siendo necesarios, vitales. Es necesario igualar oportunidades y condiciones y por eso trabajamos articuladamente con todas las áreas del Estado”, finalizó Sandra Guevara.

(Prensa Copnaf)